HISTORIA:EL RELOJ MARCA LA VERDAD

Todavía recuerdo aquel día en el que yo Isabel venía con tanta ilusión a casa de mi hermana con una muñeca de trapo que hace 24 años mi madre me hizo para mi cumpleaños. Se la enseñé a mi pájaro Lulú, pero tenía la mirada perdida hacia la ventana. Me acerqué para ver qué miraba tan concentrado y asustado. Retiré la cortina de seda rosa que mi tía Carolina no arreglaba nunca porque le daba grima el tacto. Nunca  olvidaré el escalofrío  más largo que me dio aquella imagen de la , donde una sombra de polvo blanco subía al cielo. Tenía forma de cuerpo humano y me susurraba adiós. Continuamente me apretaba la cabeza con los puños porque creía que era parte de mi imaginación, pero de cada vez se acercaba más hacia mi lado, tenia mucho miedo pero estaba paralizada. Cuando se arrimo tanto pude ver dos ojos que se salian de sus orbitas ni si quiera miraba a ningún lado era como si estuviera ciega. cuando alzo la mano parecía que me quería acariciar y no sabia si gritar y salir corriendo o decirla te quiero, era como si fuera alguien que me quería mucho pero no sabia quien era. Opte por salir corriendo e ir a contárselo a alguien pero era como si algo me lo impidiera, me empujaba hacia la ventana otra vez pero no quería. De repente mi tia Carolina apareció y la fuerza se marchó, es como si ya no quisiera nada de mí. Desde aquel momento siempre tuve miedo apenas podía dormir por las noches pero no tenía nada de sueño, el temor podía con mis necesidades como persona, con los ojos abiertos todas y cada una de las noches. Nunca me había atrevido a contárselo a mi madre porque sabía que no me creería. No volví a ser feliz. El miedo se apoderaba de mi mente. Unos años después mi madre falleció, estuve tan triste que deje de comer. Mi madre siempre fue buena persona, siempre generosa, siempre solidaria… Y se lo pago la vida con una enfermedad llamada cáncer . El día del entierro de mi madre me puse un vestido de color negro con seda de color blanca para representar la paz que quiero que viva en el cielo, un sombrero de color plata y unos zapatos sin tacón porque nunca me ha gustado llevar dos picos pegados a la suela. El colmo fue cuando empezó a llover en el medio del entierro y el rímel se me corrió de tanto llorar. El violín tocaba música fúnebre  y un piano negro de cola que tocaba su canción favorita. Entonces paso lo que años estuve rezando para que  no volviera a pasar, aquella sombra de la ventana apareció . Con un vestido de color rojo sangre bailaba al lado de la tumba tenía una cara arrugada llena de verrugas y el cuerpo estaba tal y como lo recordaba. Tan solo era una niña de 12 años y los sustos que ya llevaba eran para morirse. Empecé a gritar y a llorar tanto que apenas podía respirar, parece que solo yo veía aquella sombra porque todo el mundo me miraba con cara de preocupación. Sentía como si me estuvieran mordiendo la cabeza, pegaba gritos de rabia tan fuertes que las monjas tuvieron que venir a calmarme pero una fuerza las impedía acercase hacia mí. Temblaba de miedo y sentía que la sombra se reía y celebraba la muerte de mi madre, desde ese momento se que mi madre no falleció aquella sombra la mató. Las campanas suenan desde la iglesia significa que el entierro ya ha terminado. La lluvia para y un sol radiante sale la brisa acaricia mi pelo y las gotas del rocío aun caen de las hojas de los árboles. Mucha gente viene a darme el pésame aunque les da miedo arrimarse a mí. En ese momento solo siento soledad, tristeza pero las lágrimas no corren por mis mejillas. Aquel día jure que no pararía hasta encontrar a la sombra . He probado de todo: velas, truenos, lagrimas … Pero nada funciona. Hay veces que he intentado olvidarlo pero el alma se llevo mi felicidad necesito encontrarla. Después de dos semanas conseguí calmarme más y decidí ir a casa de mi tía Carolina ,en tren, porque vive dos pueblos detrás de la montaña Rao, es la montaña más grande y bonita que conozco ,tiene muchas plantas , arboles , cascadas, animales…El siguiente día cumplía 13 años y me levante corriendo para coger deprisa el tren.Cuando llegue a la estación quedaban como 40 minutos y decidí sentarme en un banco a esperar a mi lado había un anciano que miraba el reloj fijamente, parecía que esperaba la llamada de la muerte puesto que no tenia nadie que estuviera con él. Mi padre murió 2 meses antes de que yo naciera así que sentí como si un imán me obligara a darle un abrazo. El hombre alejó la mirada de repente del reloj para mirarme. seguramente quisiera que le diera dinero. Dos o tres minutos después no pude evitar empezar a llorar, una cosa que me sorprendió mucho es que el hombre también empezó a llorar. Las lágrimas se caían en mi vestido. Entonces nos miramos y nos abrazamos, sentí como si le conociera de siempre, por una vez desde hace mucho era la primera vez que sentía como que estaba soñando, por fin sentía el cariño .Por fin sentía como si alguien siguiera viviendo solo por mí. El tren ya llegaba pero no me quería ir, de verdad que no me quería ir. Antes de marchar  me dio un pañuelo bordado con rosas rojas en el borde me seque las lagrimas e hice una cosa que no hacía desde hace mucho tiempo, sonreí. En su cara también se reflejo la luz y una felicidad alumbró su cara. Dentro del tren recuerdo ver personas con elegantes trajes vestidos que ocupaban casi tres asientos e incluso hombres con relojes de mano hechos de oro. Tras viajar como media hora pasamos por un túnel muy oscuro cerré los ojos porque no tenía ganas de ver el alma del que os hablo todo el rato. Aunque lo intenté no pude lograrlo el tiempo se pasaba muy lento  y la gente se quedo como congelada “¡vale ya, déjame en paz! ¿qué quieres de mí?” grité muy fuerte esa oración y una voz grave y seria me contesto que no quería nada de mí solo quería que me diera cuenta de una cosa justo cuando le quise preguntar QUE el tren salió del túnel y todo el mundo se volvió a mover como si no hubiera pasado nada. Yo seguía aterrorizada y estaba temblando entonces una chica se soltó de la mano de su madre y se sentó a mi lado tenia pelo rubio y unos ojos azules muy bonitos no quiso parecer mal educada pero me preguntó que porqué respiraba tan frecuente y alto yo conteste que mi corazón no sabía si llorar y seguir tragándose todo el miedo y tristeza o pararse para dejar de tener el pulso acelerado de tanto correr. Nunca imaginé que la niña en vez de irse se quedara a mi lado como si sintiera pena por mí. Sentía como si  esa chica fuera la luz de la lámpara que enciende tu madre cuando tienes miedo de la oscuridad. Ya podía respirar normal sin baches en mi camino. No sabía que decir pero mi boca hablo sola “¿porque estás aquí?” Es la pregunta más atrevida que le he hecho a alguien ella me contestó muy triste que en su país había guerra y tenía que huir. Me quede callada y no dije nada el resto del camino, el pecho se me arrugo al oír la triste historia de la niña. Al llegar a la parada 6 la niña se bajó se levantó de su asiento sin decir nada y se asomó a la puerta pero antes de salir se dio la vuelta me cojió la mano y me sonrió después sin más se fue. Sentí mucha amistad y felicidad. La dije adiós desde la ventana y ella sonrió de nuevo. La parada 8, mi parada. Me bajé y pise el suelo de la acera mojada de la lluvia corrí hasta un techo de una casa para refugiarme. La verdad es que la lluvia me gusta me recuerda a mi madre no solo por lo del día de su entierro sino porque siempre que llovía me hacía un chocolate caliente nos lo bebíamos juntas y luego jugábamos a las cosquillas. Miré en mi memoria para recordar donde era la casa de mi tía Carolina pero no recordaba nada ya casi era de noche asique  me quedé en una residencia que había cerca de un parque muy bonito lleno de plantas. Cojí las llaves y entre en mi correspondiente habitación no era muy grande pero estaba bien para quedarse una noche a dormir. Había telarañas debajo de la cama, detras        de los muebles, en la ventana… Me puse el pijama de rallas amarillas, acolché la almuada y justo cuando iba a acostarme llamaron a la puerta unos golpes que hicieron retumbar toda laHabitación. Miré primero por el pequeño agujero de cristal transparente pero no vi nada un poco asustada abrí la puerta y había un paquete rojo con un gran lazo dorado me asome a los lados y allí estaba la sombre, salía corriendo por las escaleras intente seguirla hasta la calle incluso salí con el pijama pero una gran luz de una farola me deslumbró y perdí su rastro. Volví a mi habitación muy avergonzada porque la gente me miraba como si estuviera loca aunque ya estaba acostumbrada desde pequeña todo el mundo me llamaba subnormal aunque yo solo intentaba hacer que la gente me creyera. Entré en mi habitación y me senté en una silla que había al lado de un lavabo y abrí el paquete pero sinceramente no con mucha ilusión. Quite el celo tan pegado en el papel rojo, un escalofrío corrió por mis venas durante un instante. Dentro había algo que parecía como una carta empecé a leer y esto es lo que ponía:

Querida  Isabel

Perdóname no tuve otro remedio sabes que te quiero mucho y nunca te he

Olvidado te lo prometo. Espero que tengas una buena vida yo solo te quiero decir que no me tengas rencor recuerda, tienes un corazón muy grande.

No lo entendí pero aun así me llego al alma y no sé porqué pero me sonaban mucho esas palabras de “recuerda, tienes un corazón muy grande “sea lo que sea era mi regalo de cumpleaños y la sombra había querido tener un detalle conmigo. No lo había escrito ella pero ella me lo había regalado. Me tomé una taza de té y me fui a acostar. Por la mañana el cielo brillaba mucho y los pájaros cantaban alegres y alto. No sabía porqué pero estaba muy contenta por primera vez la sombra me había hecho sonreír. En ese momento se veía bien asique salí a la calle para ver si conseguía acordarme de la casa de mi tía Carolina. Al salir a la calle recordé muchas calles sobre todo la de la izquierda porque es donde estaba mi escuela donde aprendí muchas cosas diferentes como sumar, leer,… aun así sigo siendo analfabeta

Ya creía estar cerca de la casa de mi tía y vi la casa donde vivía antes de que mi hermana, mi madre y yo nos mudáramos  y decidí entrar estaba abandonada y se caía a pedazos fue muy fácil entrar. Nada más entrar un montón de polvo calló de las tejas de la casa. Estaba muy oscuro pero pude subir las escaleras pude recordar mi habitación con el cofre en el que guardaba mi muñeca de trapo la cojí y estaba en muy mal estado con una brecha de la que salía algodón una lagrima se me calló encima de la muñequita porque recordé a mi madre que se molestó en coserla y con un poco de tela rosa hacerla. Después encontré unas joyas que mi hermana guardaba de oro y en una de ellas había una foto en un broche de mi padre. También encontré la vajilla de mi madre que ella misma pintó con su pincel con apenas cuatro pelitos, ya estaba rota con mucha  cerámica desprendida por los suelos. Decidí salir porque me estaba poniendo triste y me puse de nuevo a la búsqueda de mi tía. Fui preguntando a los vecinos y me fueron dando pistas entonces allí estaba la casa de mi tía. Pequeña, familiar, blanca… Tenía muchas flores bonitas en el balcón, pero secas. Llamé a la puerta del manillar pero aunque estuve un rato esperando nadie me contestó. Su vecina de al lado decía que desde que fue al entierro de mi madre no volvió eso hizo preocuparme mucho. Ya no sabía ni qué hacer. Di algunas vueltas por el parque de al lado de mi casa desesperada intentando pensar DONDE  estaba mi tía Carolina.  A lo mejor había ido a visitar a mi hermana asique volví a coger el tren porque mi hermana vive justo detrás de la montaña “Rao” hice la maleta con tres o cuatro cosas que había dentro y llegué a la estación voví a montar en el tren y en 40 minutos ya estaba allí en “Santa Cruz” un pueblo grande con preciosas cascadas mas grandes que un valle. Mi hermana vivía en la calle “Almería “no sabía en qué casa vivía ella pero me arriesgue llamé a una casa amarilla fuerte con balcones redondos y amplios pero no era su casa después llamé a una casa roja (granate) que parecía ser pequeña por dentro, tenía unas vistas preciosas de la iglesia desde su terraza pero tampoco era la de mi hermana entonces vi el gato de mi hermana Misi. Le miré el collarín y conseguí encontrar la casa. Era muy grande de color blanco con unos balcones muy pequeños pero unas vistas muy bonitas también. Llamé al timbre y salió una mujer diciendo que mi hermana se mudó hace dos años con su tía. No lo podía entender hace dos años fue antes de que mi madre se muriera las habría visto en el entierro. Ya no se me ocurrían más sitios. Intente convertir a la sombra en algo bueno y que me dijera dónde estaba todo el mundo. Fui a la montaña Rao por la noche con una vela me senté en un sitio oscuro donde no hubiera lobos hambrientos y cerré los ojos. Me intenté concentrar en que la sombra volviera y lo conseguí allí estaba una sombra con ojos que no miraban a ningún lado  una car arrugada y  polvo blanco que con la brisa de la montaña de vez en cuando se volaba.  la pregunté “¿Qué haces aquí, porqué solo yo te puedo ver, quién eres, donde esta todo el mundo?”ella me dijó

Espera te responderé a todas las preguntas que tú quieras pero espera de una de una. Estoy aquí porque tú me necesitaba, solo me puedes ver tú porque soy tu ángel de la guarda y estoy en el cielo tu .La gente que tu buscas no es tu verdadera familia  la señora  que te hizo la muñeca de trapo no es tu madre biológica solo te acojió porque tu madre de verdad te puso en la puerta de su casa porque eran muy, muy pobres.

Me quedé de piedra cuando escuche esas palabras y empecé a llorar como podía ser que la sombra fuera mi ángel  de la guarda más bien parecía la muerte.

“¿Sombra, porque no me lo habías dicho?” grité a la vez que lloraba. Donde estaba mi madre me preguntaba desesperada (la de verdad) la sombra me dijo que siempre había estado en mi corazón, entonces me dijo que como ya me había enterado de la verdad se tenía que ir y sin más desapareció. Noche fría y triste, noche en la que me quedo sola del todo aunque tengo a mi madre en el corazón nunca he llegado a estar con ella. Noche fría, noche triste.

Decido volver a mi casa porque ya ha sido un viaje largo. Paso por la puerta para un viaje de 1 hora Allí está la niña vuelve a su país porque ya no están en guerra. Llego a mi estación y allí está el anciano saco mi pañuelo y nos abrazamos de nuevo. Desde aquel entonces todos los días voy a la estación le doy un abrazo me monto en el tren para ir a visitar a mi amiga a su país me quedo allí a dormir vuelvo a mi estación y me siento al lado del anciano y nos. quedamos mirando el reloj Noche larga, noche fría, noche feliz.

 

 

enía muchas flores bonitas en el balcón, pero secas. Llamé a la puerta del manillar pero aunque estuve un rato esperando nadie me contestó. Su vecina de al lado decía que desde que fue al entierro de mi madre no volvió eso hizo preocuparme mucho. Ya no sabía ni qué hacer. Di algunas vueltas por el parque de al lado de mi casa desesperada intentando pensar DONDE  estaba mi tía Carolina.  A lo mejor había ido a visitar a mi hermana asique volví a coger el tren